
En pleno corazón de Yopal, frente a la Gobernación de Casanare, una escena distinta detuvo por un momento el bullicio de la calle 8 con carrera 20. Peatones, motociclistas y conductores se vendaron los ojos y caminaron guiados solo por una voz, un bastón y la confianza. Era una jornada para ver… sin ver.
En el marco del Día Internacional del Bastón Blanco, la Gobernación de Casanare, a través de la Secretaría de Gobierno, Convivencia y Seguridad Ciudadana, lideró una actividad pedagógica que invitó a ponerse en los zapatos —o mejor, en el camino— de quienes enfrentan la vida sin la ayuda de la vista.
La experiencia fue sencilla pero reveladora: con los ojos cubiertos, muchos tropezaron, dudaron, pidieron ayuda. Otros, con nervios, extendieron la mano donde no debían. Y entre esas torpezas necesarias, surgió la reflexión: la inclusión empieza con el respeto, no con la lástima.
“Muchos entendieron que no se trata solo de ofrecer ayuda, sino de preguntar primero cómo hacerlo. La empatía se construye desde ahí”, explicó Viviana Suárez, profesional de apoyo al proyecto de discapacidad.
Por su parte, Jessica Avella Blanco, directora de Desarrollo Comunitario, destacó que esta actividad es parte de un trabajo continuo que busca cambiar comportamientos sociales y fortalecer la participación de las personas con discapacidad en todo el departamento.
Desde los 19 municipios de Casanare, se adelantan acciones para fortalecer los comités municipales y departamentales de discapacidad, promover el liderazgo y construir entornos accesibles. “El bastón blanco no solo guía pasos —recordó el secretario de Gobierno, Julio Ramos Prieto— también ilumina la conciencia de quienes queremos una sociedad más empática”.
Entre bastones, pasos inseguros y corazones dispuestos, Casanare recordó que la verdadera ceguera no está en los ojos, sino en la falta de sensibilidad ante el otro.