La Voz de América visitó uno de los talleres ferroviarios más importantes de Bogotá, el punto de inicio del corredor férreo que conecta la capital con el departamento de Boyacá, en el centro del país, y uno de los puntos de la apuesta de reactivación de trenes.
BOGOTÁ — Colombia avanza en su apuesta de reactivación del sistema férreo nacional, en una propuesta multimodal con la que buscan aprovechar al máximo la infraestructura existente para adaptarla a las demandas de los diferentes medios de carga terrestre y fluvial.De sus más de 3.500 kilómetros de redes férreas, que datan de los años veinte del siglo pasado, se encuentran en operación solo el 31 %. El gobierno colombiano ha dicho que su plan es habilitar otros tramos con la intención de que el sistema férreo sea el eje central del comercio para el 2050.
“Tenemos una meta de dejar en operación 2.000 kilómetros de corredores férreos que reactivan su operación y que empiezan procesos de diseño y construcción para dejar esta red ofreciendo alternativas al transporte que históricamente ha sido carretero, con una visión a 2050 de 5.400 kilómetros», indicó a la VOA el ministro de Transporte de Colombia, William Camargo.
Camargo agregó que tienen «un portafolio importante, con proyectos en proceso de estructuración y ad portas de salir a licitación bajo el esquema de relaciones público privadas”.
La idea, según el gobierno, es mover grandes volúmenes de carga con la modernización de los corredores ferroviarios de La Dorada-Chiriguaná, Chiriguaná-Santa Marta, y Bogotá-Belencito, este último entre febrero y mayo han transportado un total de 20.579,85 toneladas en comparación con las 23.239,75 que se movieron por este corredor en 2023.
“Esto tiene una intención de concentrar el centro del país con el Pacífico, y el centro del país con el Caribe, así como extender posibilidades de conexión hacia el sur del país y conectar el oriente tanto con los llanos orientales como con Venezuela a través de la conexión Cúcuta y Gamarra en Norte de Santander que estamos revisando en este momento”, dijo Camargo.
Para Stalin Rojas, profesor y director del observatorio de Logística y Movilidad de la Universidad Nacional de Colombia, el país ha “perdido” un costo enorme al dejar de lado sus mercancías por trenes.
“Desafortunadamente, desde hace décadas se ha dejado de actualizar la infraestructura férrea, esto se generó tanto por la corrupción política, el mal manejo administrativo y el mal manejo sindical que llevó a que los trenes hayan desaparecido, y este atraso es de décadas y modernizar va a ser muy costoso, pero ya es una necesidad imperativa”, explica Rojas, en conversación con la VOA vía Zoom.
La gran apuesta del Ejecutivo colombiano se centra en el sector comercio con proyectos de Asociación Público-Privada (APP), con el fin de reducir en un 26 % de los costos de transporte en el país, donde según datos oficiales, transportar un contenedor desde Bogotá a los puertos del Caribe cuesta alrededor de 2.450 dólares, pero en tren este tendría costo aproximado de 1.800 dólares.
Aunque el plan también contempla el transporte de pasajeros, para Rojas la idea del gobierno es potencializar el sector comercio.
“El sector comercio va a estar muy favorecido porque no solo va a permitir un nuevo modelo de transporte, sino también la intermodalidad, el sector comercio puede ser el eslabón final de varios eslabones de cadenas productivas por el beneficio de las importaciones de bienes que se puedan comercializar al interior del país, así mismo el comercio exterior por lo que se pueda trasladar al exterior, entonces el impacto del sector comercio va a ser importante en la producción interna del país”, resaltó el experto.
Proyecciones y el ancho de la vía
El gobierno prevé dejar adjudicado en noviembre de este año el corredor ferroviario de La Dorada – Chiriguaná, que concentraría el mayor punto de carga entre el centro del país y los puertos del Caribe, con una red de 522 kilómetros y una inversión de 3.000 millones de pesos (unos 900 millones de dólares).
Sin embargo, el ancho de la red férrea del país cuenta con una trocha angosta de 914 milímetros (mm) de separación y contrasta con el nivel actual de la distancia internacional del ancho de la trocha, que es de 1.435 mm.
En ese sentido, para el director del observatorio de Logística y Movilidad de la Universidad Nacional de Colombia, en “términos de ingeniería se necesita hacer una modernización de la red férrea y un modelo de negocio que la sostenga en el tiempo”.
“Las nuevas máquinas están diseñadas para un ancho estándar adoptado internacionalmente, por el atraso que tiene Colombia no se tiene adoptada esa medida y el gobierno y el presidente Petro han asumido el reto de modernizar los trenes con ese ancho que tenemos y en el futuro adaptar la red con este nuevo sistema y eso va a tener un costo; sin embargo, el gobierno británico ha hecho una asesoría para seguir funcionando con la trocha actual y en algún momento asumir la integración a la trocha internacional”, concluyó Rojas.
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