Un carpintero quien se salvó milagrosamente de morir en la masacre de la inspección de Puerto Alvira en Mapiripán, perpetrada por paramilitares el 4 de mayo de 1998; recibirá un nuevo predio. Él y su familia fueron declarados víctimas de abandono forzado de su propiedad de 400 metros cuadrados y serán compensados por orden del Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado de Restitución de Tierras de Villavicencio.
En el año 1993, esta familia adquirió mediante negocio de compraventa un inmueble en el cual constituyeron su hogar y una carpintería que era su medio de sustento. Por esa época, en la zona había presencia de la guerrilla de las Farc- EP al mando de alias “Jhon Edier”, “El Flaco Benur” y “Tabaco”.
Con el paso de los años comenzó la disputa territorial entre la guerrilla y los paramilitares; y en mayo de 1998, las Autodefensas ingresaron al caserío, reunieron a todos sus habitantes; luego dividieron en dos grupos a hombres y mujeres. El carpintero fue llevado a una estación de gasolina que fue incinerada y de donde logró huir, para luego reencontrarse con su esposa e hija, tres días después de la masacre y luego se desplazaron hacia Villavicencio en un avión de la Cruz Roja
Con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, este núcleo familiar acudió a la Unidad para que les tramitara su proceso ante la justicia, logrando que fueran declarados víctimas de desplazamiento y abandono forzado de su predio y, a la vez, que se ordenara la compensación.
Los integrantes de la familia, aunque son titulares del derecho fundamental a la restitución, no están interesados en retornar a Puerto Alvira, porque ya perdieron el arraigo y por las secuelas sociológicas que les dejó la masacre. Por lo tanto, la Unidad les comprará un nuevo predio de similares características al que abandonaron.
En el fallo, el juez determinó que esta familia debe ser incluida en los planes y proyectos que tengan vigentes tanto el municipio como el departamento en materia de equidad de género, así como el derecho a acceder a las demás acciones de reparación del Estado. Entre tanto, el predio abandonado será ingresado al inventario de baldíos de la nación a cargo de la Agencia Nacional de Tierras.
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