
Este martes, 11 aspirantes a docentes llegaron con mucha esperanza al auditorio de La Ceiba, en la Gobernación de Casanare. La audiencia pública para la selección de plazas vacantes en la provisión de cargos docentes no fue solo una cita más; para ellos, representaba la oportunidad de comenzar una nueva etapa en su vida profesional y, lo más importante, de hacer una diferencia en las aulas de Casanare.
Cada uno de los 11 aspirantes, provenientes de distintas partes del departamento, tuvo su momento para elegir. En tres minutos, los nervios, las expectativas y la determinación se mezclaron al momento de seleccionar la plaza de su preferencia. Aunque los tiempos eran cortos, todos sabían que este sería el primer paso hacia el reto más grande de su carrera: enseñar y formar a los estudiantes de la región.
Las plazas vacantes se distribuyeron entre las áreas de preescolar, ciencias sociales y primaria. Y, aunque cada uno de los elegidos tendrá una realidad diferente, lo que los unía era el compromiso de fortalecer la educación en su tierra. Para ellos, el ser docentes no es solo un trabajo, sino una vocación que los impulsa a transformar vidas, a contribuir con cada lección, a sembrar en los jóvenes las herramientas para su futuro.
El secretario de Educación, Diego Fernando Ardila Plazas, al finalizar la audiencia, destacó el papel crucial de estos nuevos docentes. «Con su llegada, vamos a dar un paso firme hacia una educación de calidad en Casanare. Ellos no solo enseñarán, sino que también serán pieza clave en el desarrollo integral de nuestros estudiantes», afirmó.
Para estos 11 docentes, la selección no solo fue una formalidad administrativa; fue el inicio de un viaje lleno de desafíos, pero también de grandes satisfacciones. Cada uno llevará consigo la responsabilidad de formar a las futuras generaciones de Casanare, con la esperanza de que su trabajo haga eco en los estudiantes y, poco a poco, cambie la realidad educativa del departamento.
Y es que, en este proceso, lo más importante no son los cargos o las plazas, sino la oportunidad de hacer una verdadera diferencia en la vida de los jóvenes, de sembrar conocimiento y valores, y de contribuir con dedicación y esfuerzo a la educación que tanto necesita la región.