El profe “Nico” cuenta con 36 estudiantes, la mayor tiene 40 años y aprendió a leer gracias a él.
SAN JUAN / ARGENTINA / LA VOZ DEL DESPERTAR
Tener 12 años no es inconveniente para tener 36 alumnos y ser su profesor, así lo demuestra Leonardo Nicanor Quinteros quien decidió ayudar a los niños más vulnerables y humildes de los barrios “Las Piedritas” ubicado en San Juan, Argentina. Para dicha misión, el profe Nico decidió crear la escuela llamada Unidad y Patria, en el patio de la casa de su abuela, hace 4 años.
Exactamente un 7 de julio del año 2014 fue cuando Nico, decidió empezar su misión en la educación, lo que significa que solo tenía 8 años cuando este sueño comenzó.
“Patria por los colores de la bandera y Unidad porque es lo que queremos de los niños”, señala el profe Nico.
La escuelita se hizo famosa
“Patria y Unidad” Claramente no tiene reconocimiento oficial, pero sus alumnos aprenden como si estuvieran en una. Es curioso también como todos los habitantes que viven en alrededor de 20 km’s reconocen fácilmente la escuelita “Patria y Unidad”. Desde el policía, hasta el alcalde.
La pobreza reina en la escuela de Nico
Además de las ganas que tiene Nico por enseñar. La pobreza es una gran dificultad. Las puertas son dos prendas de camas viejas, las paredes son de cartón, y dentro de las aulas los espacios son reducidos, cada una son de 2×2, divididas por trozos de tela que hacen de cortinas. Cada sala tiene su tablero y un trozo de lata donde se guardan las tizas. La escuelita tiene jardín de infantes, donde sus bancas son unos ladrillos al rededor de una mesa, “Allí empiezan primero jugando” señala Nico. Los otros dos salones de clase son para grados 1º, 2º y 5º, 6º, en la parte de afuera estudian los niños de 3º y 4º allí se sientan en dos bancos. La escuelita también consta de la bandera Argentina y una campana para la hora del receso.
Nico se toma su trabajo muy en serio. “Están aprendiendo, no vienen a jugar” señala. Y quien puede ser clara testigo del caso es la señora Mirta Donoso, la estudiante de 40 años, quien es la mayor de la clase.
“A veces le pregunto si una cuenta está bien o mal, sino me pone un uno así de grande”, dice la señora que camina media hora bajo el intenso sol todos los días para llegar a su escuela, Mirta señala, llorando: que gracias al pequeño profe Nico ella ya puede escribir y leer su propio nombre.
Y así viene forjando su sueño
“Me dijeron que iban a construir un salón para dar clases, la idea es que el año que viene ya esté listo” dice el profe Nico con mucho entusiasmo, ya que su historia se difundió en marzo, premios y grandes reconocimientos llegaron a Nico.
Pero como no todo lo que le prometieron se cumplió… Su abuelita tomó la decisión de hacer que el sueño de su nieto se volviera realidad: Solicitó un crédito para comprar materiales de construcción para ampliar la escuela y cumplir al fin el sueño de su muy amado nieto.
https://youtu.be/CTcVjF1_Q1U