Más de la mitad del departamento tiene suelos aptos para la actividad pecuaria. Sin embargo, tan solo 12,3 por ciento aprovecha este potencial. Así lo reveló hoy el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) en la presentación del “Estudio general de suelos y zonificación de tierras de Arauca”, documento que da línea para el ordenamiento productivo y ambiental.
La explotación de petróleo, la agricultura y la ganadería son los tres grandes pilares que han sostenido la economía de Arauca, departamento de la Orinoquia colombiana con una extensión de más de 2,3 millones de hectáreas.
Desde 1983, cuando se descubrió el campo petrolífero Caño Limón, ubicado entre los municipios de Arauquita y Arauca, se han producido más de 1.400 millones de barriles de petróleo; actividad que representa 35 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del departamento.
La segunda actividad con mayor fuerza en Arauca es la agrícola, que aporta 30 por ciento del PIB y está presente en cerca de 79 mil hectáreas con cultivos como cacao, plátano, caña de azúcar, papaya, achiote, limón, naranja, piña, arroz y maíz.
Entre tanto, la producción pecuaria, responsable del 23 por ciento del PIB, se concentra principalmente en Arauca, Tame y Arauquita, aunque los pastizales ya abarcan más de 294 mil hectáreas (12,3 por ciento del área departamental).
Sin embargo, el “Estudio general de suelos y zonificación de tierras de Arauca”, presentado hoy por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) a las autoridades, gremios y comunidad ambiental y científica, revela que el potencial pecuario del departamento está siendo desperdiciado.
Según el documento, que le fue entregado al Gobernador del departamento Ricardo Alvarado Bestene y al Alcalde de Arauca Benjamín Socadagüí Cermeño, los suelos con vocación ganadera están presentes en 51 por ciento del departamento, porcentaje que abarca más de 1,2 millones de hectáreas y en donde se pueden desarrollar pastoreos de tipo extensivo y semintensivo.
“La demanda ganadera se queda corta con las tierras que tienen capacidad para la actividad pecuaria. Más de la mitad del departamento cuenta con suelos aptos para el pisoteo del ganado, un panorama que en la actualidad no supera el 13 por ciento”, dijo Germán Darío Álvarez Lucero, Subdirector de Agrología del IGAC.
Álvarez informó que las tierras con vocación pecuaria se encuentran en la planicie, zonas de inundación del valle, abanicos de las montañas y piedemonte y cuestas del lomerío, sitios planos con pendientes inferiores al 7 por ciento y con climas cálidos y húmedos.
El pastoreo extensivo podría ser implementado en 1,1 millones de hectáreas de Arauca. “Esta actividad se desarrolla bajo programas de ocupación de potreros con baja capacidad de carga, es decir menor de una res por cada dos hectáreas. El animal permanece en el potrero hasta que agota la pastura. Las tierras para uso extensivo son ácidas y de baja fertilidad”
Por su parte, el pastoreo semintensivo tiene cabida solo en 98 mil hectáreas. “Son terrenos que requieren prácticas de manejo para evitar su deterioro, como rotación de potreros, aplicación de fertilizantes y uso de ganado seleccionado”, complementó el experto.
A mermar la agricultura
El estudio de suelos del IGAC no se limita al tema pecuario. También indica las zonas destinadas para la agricultura, desarrollos agroforestales y forestales y conservación ambiental.
Solo 9.921 hectáreas deberían contar con cultivos permanentes o transitorios, algo que solo se cumple en el papel, ya que más de 79 mil hectáreas son destinadas para esta actividad.
Entre los cultivos que deberían predominar en las zonas aptas para agricultura están permanentes como cacao, caucho, plátano y algunos frutales; y transitorios como arroz, maíz, soya, sorgo, fríjol, yuca, melón y papaya.
“Estos terrenos requieren de un manejo adecuado de los suelos. Necesitan de labores de mecanización con humedad adecuada, corrección de la alta acidez y saturación de aluminio, y planes de fertilización y control fitosanitario oportuno”, expresó el funcionario.
Otros usos que tienen cabida en el departamento son los agroforestales (240 mil hectáreas – 10,1 por ciento) y forestales (18 mil hectáreas – 0,8 por ciento).
“Los sistemas agroforestales son una combinación de actividades agrícolas, ganaderas y forestales con arreglos tanto espaciales como temporales; responden a la necesidad de proteger, conservar y manejar adecuadamente el recurso suelo con un desarrollo sostenido. Entre tanto, los netamente forestales no permiten usos ganaderos o para cultivos”, anotó Álvarez.
Los tesoros ambientales
30,1 por ciento de Arauca fue catalogado por el IGAC como zonas prioritarias para la conservación y protección ambiental. Este grupo lo conforman las áreas de protección legal, de recuperación de suelos y prioritarias para la conservación.
179 mil hectáreas del Parque Natural El Cocuy y de las reservas forestales protectoras de los ríos Satocá y Tame, hacen parte de los territorios ambientales ya blindados por la ley.
“El Cocuy fue creado como parque natural en 1977 y tiene un área de 306 mil hectáreas, distribuidas entre Boyacá, Arauca y Casanare. De ese total, 173 mil hectáreas están en Arauca. En este tesoro ambiental se deben conservar los ecosistemas de alta montaña y bosque andino como estrategia para la protección y mantenimiento de la diversidad biológica”, indicó el directivo del IGAC.
Las áreas prioritarias para la conservación abarcan 714 mil hectáreas. Son tierras de humedales, cuerpos de agua, ciénagas y pantanos que pueden ser designadas para su regulación y administración como un área protegida.
Álvarez citó que en Arauca es un territorio repleto de humedales y cuerpos hídricos, principalmente en su parte central y sur. “Se destaca el humedal El Lipa, ecosistema de importancia biológica e hidrobiológica considerado un gran regulador de las fuentes hídricas en la región. Está localizado al suroeste de la cabecera de Arauquita y allí nace el río Lipa, que forma parte de la cuenca del río Meta”.
Este humedal y sus alrededores cuentan con bosques basales que pueden alcanzar hasta los 25 metros de altura (cámbulos, caracolí e higuerón) y varias sabanas. En la zona se han registrado cerca de 259 especies de aves.
Importancia del estudio
El “Estudio general de suelos y zonificación de tierras de Arauca” presentado hoy por el IGAC, es una actualización del mapa de suelos del departamento del año 1986.
Esta nueva versión presenta de una forma general los suelos de la región y los elementos del paisaje, provincias climáticas, materiales geológicos, tipos de vegetación y efectos de la intervención humana; además de la capacidad de uso de las tierras, susceptibilidad del área al deterioro y conflictos de uso.
El Subdirector de Agrología del IGAC manifestó que este insumo establece lineamientos para que los planificadores adelanten programas y proyectos que orienten la ocupación, manejo y utilización adecuada de las tierras de una manera más precisa.
“Contribuye al aprendizaje, conocimiento y sensibilización sobre el uso y manejo de los suelos, paisajes y recursos naturales. Este documento debe ser entendido como soporte y herramienta fundamental para la toma de decisiones y el diseño y desarrollo de políticas acertadas de manejo y aprovechamiento”.
Según Álvarez, la información del estudio brinda un punto de partida para poner en marcha un adecuado desarrollo agrícola, pecuario, forestal, ambiental y turístico en el departamento.
“La capacidad de uso y manejo de las tierras constituyen un insumo fundamental para el ordenamiento integral por parte de las autoridades ambientales y entes territoriales, quienes podrán construir planes, programas y proyectos de producción agropecuaria y forestal, protección de ecosistemas estratégicos, gestión del riesgo y adaptación a la variabilidad climática”.
El Gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado, enfatizó que este estudio de suelos será crucial para poder fomentar una producción amigable con el ambiente y para blindar las zonas de importancia ecosistémica como las sabanas inundables.
“Por estos días el departamento ha estado bajo una fuerte temporada de lluvias. Este tipo de insumos técnicos nos permite identificar este tipo de terrenos y así tomar medidas antes de que se presenten tragedias”.
El alcalde de Arauca se comprometió a adquirir varios ejemplares del libro de suelos del IGAC para entregárselos a universidades, colegios y gremios.
Por último, el Subdirector del IGAC enfatizó que la información contenida y los mapas temáticos “deben ser un material continuo de consulta y guía para orientar la inversiones de las riquezas del subsuelo en la conservación de la naturaleza y el desarrollo agrícola, ganadero, forestal y turístico de esta región, la cual necesita con urgencia estas y otras estrategias para alcanzar la paz”.