Una operación transnacional, adelantada por la Policía Nacional de Colombia, a través de la Dirección de Protección y Servicios Especiales (DIPRO), y el Cuerpo de Policía de España, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, permitió luego de 11 meses de labores de investigación la desarticulación de una estructura de crimen organizado, dedicada al reclutamiento de mujeres de escasos recursos económicos, a quienes convencían con falsas promesas de trabajo en el país ibérico. En el Viejo Continente eran víctimas de explotación sexual.
En total, fueron capturadas 24 personas, cuatro de ellas en Bogotá, una en Villavicencio y 19 en España. En total 23 eran de nacionalidad colombiana y una nacida en ese país. Dentro de las personas puestas a disposición de la justicia en la capital colombiana figura el cabecilla, alias ‘Medina’.
Igualmente, fueron rescataron 26 mujeres, dentro de ellas una menor de 16 años de edad. Frente a este último caso, los investigadores lograron establecer que pudo salir del país con documentos de autorización falsificados por la organización. En este momento ya se encuentra protegida.
Esta red delictiva se valía de una academia que supuestamente dictaba clases de belleza integral, ubicada en la capital de Meta. Allí, eran escogidas las víctimas especialmente entre los 16 y los 25 años de edad.
Una de las señaladas integrantes de la estructura criminal, conocida como ‘Mercedes’ y quien tiene en su contra varias denuncias por estafa, era la encargada de convencer a menores de edad y jóvenes de escasos recursos con falsas promesas de trabajo en España, lo que presuntamente les iba a representar la posibilidad de obtener dinero para ellas y sus familias en Colombia.
Les ofrecía, por ejemplo, estadía en el país ibérico donde un supuesto familiar y la opción de emplearse en trabajos de belleza, oficios varios o cuidando adultos mayores. Para hacer más atractiva la ‘oferta’ les prometían pasajes, alimentación e, incluso, el trámite de documentos para el desplazamiento a Europa.
La siguiente fase de la estrategia criminal consistía en trasladar a las víctimas a Bogotá, exactamente a una casa ubicada en el sur de la ciudad, donde recibían instrucciones por parte del cabecilla alias ‘Medina’ para pasar desapercibidas ante las autoridades aeroportuarias de Colombia y España. En ese inmueble, les entregaban pasaporte, dinero y pasaje de ida (sin retorno).
Una vez arribaban al Viejo Continente, las mujeres eran trasladadas a distintos apartamentos de la ciudad española de Úbeda (provincia de Jaén de la comunidad autónoma de Andalucía), donde les retenían sus documentos personales y las despojaban de sus celulares para impedir cualquier comunicación con sus familiares, amigos o autoridades. Para evitar su fuga, la red las obligaba a firmar pagarés por sumas que ascendían inicialmente hasta los 3.300 euros, cantidades que se incrementaban día a día por concepto de manutención o multas.
Lamentablemente, las víctimas no tenían otro camino que cancelar sus deudas a través de la explotación sexual a la que eran sometidas. Todos los capturados fueron puestos a disposición de las autoridades competentes por los delitos de concierto para delinquir, trata de personas y constreñimiento a la prostitución.
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