Por Wilson Durán Durán
Hasta hoy Judith López fue precandidata de Centro Democrático a la Gobernación de Casanare.
Hace dos semanas había sido ungida entre los 5 nombres que a través de una encuesta buscarían el aval de este partido. Competía con Andrés Rueda, Carlos Fredy Mejía, Salomón Sanabria y Julián Fonseca.
Siempre insistió en que el aval se lo entregarían a Salomón. Sus intervenciones en los medios de comunicación daban a entender que no se sentía segura de seguir participando en el proceso y que no confiaba en su transparencia. Pero no lo dijo directamente, y siguió el juego hasta último momento.
Los 5 precandidatos escogieron a la firma Yanhaas para que realizara la encuesta y se comprometieron a pagarla por partes iguales.
La primera encuesta costaba casi $70 millones de pesos, y se dieron plazo hasta el pasado viernes 26 de abril para que cada quien pagara su parte.
Efectivamente 4 cumplieron su palabra a tiempo. El viernes pasado Judith finalmente consignó un cheque por $11 millones 986 mil, casi dos millones menos que la suma acordada para cada uno, con el agravante de que Yanhaas notificó ayer lunes que ese cheque había sido devuelto por falta de fondos.
Según la notificación que le hizo este martes (30 de abril) la directiva departamental del partido a Judith López, su campaña no entregó información alguna sobre la situación ni dio respuesta positiva. Su comportamiento y silencio, dejan mucho qué pensar en una persona que pretendía ser candidata oficial del uribismo.
Por esta razón fue excluida de su aspiración al aval de acuerdo a las reglas de juego y ahora les corresponde a los 4 precandidatos en contienda levantarse esos 14 millones de pesos que faltan y pagarlos entre todos, para que el proceso continúe en las fechas establecidas.
El plazo máximo es el jueves 2 de mayo al medio día. Y el que no pague, suponemos también saldrá del proceso.
Pero pregunto: ¿Sí es justo que se gasten $70 millones en el pago de una encuesta que inicialmente determinaba eliminar a 2 y dejar a 3, y que ahora debe dejar a 3 y eliminar a 1?
La emoción de la encuesta no será igual. Lo atractivo sería que se amarren los pantalones, que dejen de soñar, de hacer cuentas alegres, de gastarse más plata y entre los 4 decidan eliminar a 2 y dejen tanta vaina de una vez, así, sin anestesia. Como se dice popularmente: «que haya sangre en la arena».
Si no lograron convencer a la gente en varios meses (los que venían trabajando, o en dos semanas el que hasta ahora se está dando a conocer, al no ser que una mano terrenal pegue una ayudita), no lo van a lograr en una semana que falta para esa primera encuesta.
Si los que llevan tiempo haciendo política no tienen el favor de la gente, es mejor que despejen la mediagua de una vez y decidan irse para la Asamblea o los concejos. Y si es Salomón, pues entonces que lo rodeen y le brinden el apoyo y trabajen como partido. Pero si no es Salomón, él debería hacerse a un lado y convertirse en un soldado más del que gane la encuesta.
Cómo me gustaría escuchar a Carlos Fredy, a Andrés, a Julián o a Salomón, diciendo que han decidido continuar la encuesta, asumiendo el desafío de que escojan dos para la próxima ronda.
Eso quizás garantizaría más legitimidad al proceso y permitiría que Centro Democrático vaya definiendo a su candidato, por que la cosa con Marco Tulio no está fácil, y detrás viene empujando duro Sonia Bernal, sin contar que Fernanda Salcedo podría ser otra gran opción para la Gobernación, aunque ella ha insistido en que quiere Alcaldía de Yopal.
¡Esta historia continuará!
