
En el auditorio de la Fundación Amanecer se vivió un momento clave para el futuro de Casanare: la tercera sesión ampliada del Comité Departamental de Justicia Transicional, un espacio donde las víctimas del conflicto armado tuvieron voz frente a las instituciones que deben garantizar sus derechos.
La jornada reunió a la Mesa Departamental de Participación Efectiva de Víctimas, alcaldes, Defensoría del Pueblo, Procuraduría y demás entidades, con el reto de convertir la memoria en acciones concretas.
Se discutieron temas sensibles: el cumplimiento de compromisos anteriores, las alertas tempranas para prevenir nuevos riesgos, y las conmemoraciones como herramientas de memoria histórica y reparación. También se socializó la oferta del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV).
“Estos escenarios permiten avanzar en la construcción de paz y en la dignidad de las víctimas, más allá de lo material”, aseguró el secretario de Gobierno, Julio Ramos Prieto. Por su parte, Jessica Avella Blanco, directora de Desarrollo Comunitario, recalcó que la política pública debe llegar a los territorios con soluciones reales.
La voz de las víctimas también sonó fuerte. Karen Valentina Sampayo Rojas, integrante de la Mesa Departamental, subrayó: “Estos espacios nos permiten visibilizar las problemáticas reales que enfrentamos y también proponer soluciones”.
La pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿serán suficientes estos encuentros para que el “nunca más” deje de ser una promesa y se convierta en realidad?
Con este espacio, Casanare reafirma que la justicia transicional no es un concepto lejano: es un proceso vivo donde la memoria se transforma en política pública y la participación social en garantía de no repetición.