
Alvaro Uribe, foto Centro Democrático
El Centro Democrático ha puesto en marcha su estrategia para las elecciones de 2026, con un movimiento que podría sacudir el panorama político colombiano: la inclusión del expresidente Álvaro Uribe Vélez en la lista cerrada al Senado. Según el director del partido, Gabriel Vallejo, Uribe ocuparía el puesto 25, una jugada que, de concretarse, buscaría impulsar la meta de la colectividad de obtener 25 curules en el Congreso.
El partido formará un comité evaluador para definir el orden de su lista, basándose en la hoja de vida, la preparación académica y el trabajo regional de los aspirantes. El objetivo es claro: recuperar la fuerza política de la colectividad, y la presencia de su líder natural es vista como un factor determinante para lograrlo.
El laberinto judicial: de la condena al recurso de casación
Sin embargo, el camino de Uribe hacia el Senado está intrínsecamente ligado a su situación judicial. Su aspiración política está condicionada a la resolución de un proceso legal que ha captado la atención del país. El expresidente, en un movimiento poco común, renunció a la prescripción del delito para permitir que el juicio continuara, con el objetivo de demostrar su inocencia.
Tras un fallo condenatorio en primera instancia, el caso entró a una segunda instancia en el Tribunal Superior de Bogotá, que es el encargado de revisar la decisión. Es en este punto donde la situación se vuelve más compleja: si bien la ley colombiana permite la candidatura mientras no haya una condena en firme, el futuro de la aspiración de Uribe depende de esta y las siguientes decisiones.
La última y definitiva etapa del proceso judicial es el recurso de casación ante la Corte Suprema. Es esta instancia la que, una vez resuelto el fallo del Tribunal Superior, tendrá la última palabra sobre el caso. Solo una condena definitiva en casación podría inhabilitar la aspiración del exmandatario. Analistas señalan que, debido a la complejidad del caso y el alto perfil del implicado, este proceso podría tardar al menos 5 años más en resolverse por completo.
Este escenario se desarrolla en un contexto de constantes giros judiciales, como el fallo del pasado 19 de agosto, cuando la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá ordenó la libertad inmediata del exmandatario, una decisión que, aunque no resuelve el fondo del asunto, tuvo un impacto político inmediato.
Análisis político: El impacto en la campaña electoral y el rol de las instituciones
La candidatura de Uribe, más allá de los tribunales, tiene profundas implicaciones políticas. No solo busca sumar votos, sino también galvanizar a sus bases, que han mostrado una lealtad incondicional.
A su vez, este movimiento pondrá a prueba a instituciones como el Consejo Nacional Electoral (CNE), que deberá revisar la viabilidad de la candidatura de Uribe. Su presencia en la lista podría generar demandas y recursos por parte de sus detractores, quienes buscarían impugnar su aspiración, lo que podría polarizar aún más el debate político y poner el foco en las decisiones judiciales y en la política colombiana en general. Hasta el momento, el expresidente no se ha pronunciado sobre la revelación de Gabriel Vallejo.