
BOGOTÁ, Colombia — Un expediente explosivo ha llegado a la Corte Suprema de Justicia, desatando un escándalo de tráfico de influencias que salpica a altos funcionarios y congresistas del actual gobierno. Se trata de los chats extraídos del celular del exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), Luis Carlos Reyes, que revelan un entramado de presiones para conseguir nombramientos en la entidad.
La investigación de la Fiscalía General de la Nación y la Corte Suprema se centra en la presunta comisión del delito de tráfico de influencias. Los chats, cuya veracidad ha sido confirmada por varios medios, exponen a figuras como el exembajador Armando Benedetti y el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, quienes supuestamente habrían utilizado su poder para recomendar hojas de vida y solicitar favores burocráticos.

¿Qué dicen los chats?
Los mensajes, publicados en exclusiva por la revista Semana, muestran cómo congresistas y líderes políticos habrían contactado a Luis Carlos Reyes para que nombrara a sus recomendados en cargos estratégicos dentro de la DIAN, especialmente en áreas de aduanas y en direcciones regionales. Los chats no solo contienen las solicitudes, sino que en algunos casos se anexan hojas de vida y se discuten las gestiones para asegurar los nombramientos.
En las conversaciones, los políticos envían directamente las hojas de vida de sus candidatos para que sean considerados en los procesos de selección. Un fragmento de un chat revela una de las frases más polémicas: «Nadie puede saber esto porque el concurso lo manejo directamente yo». Esta frase sugiere la existencia de un manejo discrecional de los nombramientos, lo que podría implicar clientelismo y tráfico de influencias.
Luis Carlos Reyes, quien ha defendido su actuar y ha colaborado con la justicia, ha declarado públicamente que entregó la totalidad de las conversaciones a la Corte Suprema. Según Reyes, sus convicciones y las instrucciones del Presidente Petro siempre fueron de «cero clientelismo», lo que lo llevó a rechazar las presiones.
¿Quiénes investigan y qué implicaciones tiene?
- La Corte Suprema de Justicia: Es la entidad encargada de investigar a los aforados constitucionales (congresistas, ministros, etc.) por presuntos delitos. Con los chats en su poder, la Corte tiene la evidencia clave para determinar si hubo tráfico de influencias y tomará las decisiones correspondientes en el ámbito penal.
- La Fiscalía General de la Nación: Investiga a los funcionarios públicos que no tienen fuero. La Fiscalía está encargada de desentrañar el entramado y determinar si existen otros delitos involucrados en este escándalo.
- La Procuraduría General de la Nación: El ente de control disciplinario podría abrir investigaciones y sancionar a los funcionarios o congresistas que se encuentren responsables de faltas disciplinarias.
El escándalo de los chats de la DIAN es un nuevo desafío para el gobierno, que ha prometido combatir la corrupción y el clientelismo. La revelación de estas conversaciones pone en entredicho el discurso de transparencia y genera una crisis de confianza que la justicia deberá resolver. El desenlace de este caso podría tener un impacto significativo en el panorama político y la relación entre el poder ejecutivo y el Congreso.