
Con el alma firme y los pies llenos de tierra, Diana Soler, gestora social de Casanare, se embarcó en un viaje de más de 14 horas para llegar hasta el resguardo indígena Caño Mochuelo, un rincón olvidado por muchos, pero recordado en cada promesa de quienes gobiernan con el corazón.
Esta vez, no fue solo una visita. Fue el cumplimiento de una palabra sembrada hace dos años por la hoy gestora y el gobernador César Ortiz Zorro: volver con soluciones, apoyo y esperanza. Y así fue.
Diana no llegó sola. Junto al alcalde de Paz de Ariporo, Camilo Abril, su esposa Claudia Sogamoso, y un equipo completo de la Secretaría de Integración Social, empezó el recorrido por las diez comunidades del resguardo. En este primer día, las paradas fueron San José del Ariporo, Betania, Merey y Topochales, donde el recibimiento fue cálido, con sonrisas sinceras y rostros que, a pesar de las necesidades, aún creen.

👉🏽 Allí, entre caminos difíciles y trochas profundas, entregaron bienestarina, kits escolares, juguetes, alimentos, ropa, zapatos y elementos de aseo. Pero más que eso, llevaron tiempo, escucha y compromiso.
“Hoy estamos cumpliendo nuestra promesa de volver con soluciones y oportunidades para estas comunidades que han estado esperando por tanto tiempo. Queremos que nuestras mujeres tejedoras sean exitosas, que nuestros jóvenes cumplan sus sueños y que la cultura se conserve a través de la lengua y el conocimiento ancestral”, dijo emocionada Diana Soler.
Este recorrido apenas comienza. En los próximos días, las demás comunidades de Caño Mochuelo también recibirán el apoyo. Porque no se trata solo de entregar… se trata de sembrar esperanza donde el olvido ya no cabe.
📌 En Las Chivas del Llano creemos que los viajes más largos no se miden en kilómetros… sino en compromiso.