Lionel Messi se ganó la revancha que más ansiaba. El astro fue la inspiración de una Argentina que vapuleó el martes al último subcampeón Croacia y jugará la final del Mundial, en la que buscará el desquite del trofeo que se le escapó hace ocho años.
El mismo día que igualó el récord de presencias en mundiales de la leyenda alemana Lothar Matthäus, con 25, Messi abrió el marcador con un penal al ángulo del arquero croata Dominik Livakovic a los 34 minutos en el estadio Lusail. Fue el quinto gol del astro en Qatar y el undécimo en mundiales, superando así al delantero Gabriel Batistuta como máximo artillero argentino en la competencia.
Messi luego asistió a Julián Álvarez, quien tras una galopada se impuso entre varias camisetas croatas y definió con el empeine derecho a los 39 minutos. La misma sociedad derivaría en el doblete del delantero del Manchester City a los 69 minutos.
La contracara de Messi fue Luka Modric, el astro croata de 37 años que no tendrá la posibilidad de tomarse desquite de la caída de su selección en la final de 2018. La derrota este martes fue apenas la segunda en sus últimos 13 partidos del mundial.
Argentina, campeón en 1978 y 1986 y finalista por última vez en 2014, jugará la final ante el vencedor de la otra semifinal que disputarán el vigente monarca Francia y Marruecos el miércoles en el estadio Al Bayt.
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