Tras los últimos casos de la viruela del mono, el Ministerio de Salud elevó el alto riesgo de contagio, luego de que la Organización Mundial de la Salud declarara el brote de emergencia sanitaria internacional. Según los datos revelados por el Instituto Nacional de Salud, el país registra 79 casos, de los cuales 20 ya fueron confirmados, por lo que el Gobierno nacional ha tomado medidas para enfrentar la nueva crisis.
Frente a este escenario, Jorge Mario Estrada Álvarez, epidemiólogo y docente de la especialización en Epidemiología de Areandina seccional Pereira, explica los orígenes y lo que significa estar en alerta máxima por esta nueva enfermedad.
Monkey Pox: el origen
Por su nombre en inglés, la viruela del mono es una enfermedad que ya existía en el mundo. En 1950 se da el primer caso en África central y es una enfermedad más endémica. Su aparición más común se da en esas áreas africanas y en algunos casos, en personas de países aledaños como Reino Unido, países del mismo continente europeo y en Estados Unidos, pero siempre ligados a un historial de viaje de África central donde se hacía un nexo epidemiológico.
“Aunque no es nueva para nosotros, no es una enfermedad que estuviera dentro de nuestra circulación. En países como Colombia, es una enfermedad emergente que entra como una posibilidad de circulación entre nosotros”, explica el docente Estrada.
Llamado de alerta máxima
En la declaratoria realizada por la OMS bajo un comité de expertos en la enfermedad, se analizan todas aquellas emergencias que puedan estar constituyendo u ocurriendo en los diferentes países y que puedan tener una afectación importante en la salud pública mundial. Para el académico Estrada, “al elevar a emergencias sanitarias en la salud global, la OMS hace un llamado a todos los países para que fijen su mirada hacia la enfermedad y destinen un plan de acción para detener su posibilidad de entrada o si hay una entrada, de su propagación entre su población”.
A diferencia del Covid-19, este virus todavía no genera afectaciones como suspensiones de vuelos. Sin embargo, hace que los países tomen la alerta máxima, desplegando actividades que lleguen a la detección de la propagación de la enfermedad.
¿Se puede convertir en una pandemia?
Para el epidemiólogo Estrada, la viruela del mono no es una enfermedad nueva a diferencia del coronavirus, donde la totalidad de la población es susceptible a sufrirla.
“En este caso, la viruela del mono ya existía. Incluso, puede haber algún grado de inmunidad en la población para aquellas personas que nacieron antes de 1980, quienes recibieron vacuna contra la viruela, no exactamente la del mono, pero sí para otro tipo de viruela que tiene algún efecto de protección cruzada frente a este virus nuevo. Estamos frente a un brote multipaís, pero no en el grado de convertirse en una pandemia”, explica el experto Estrada.
Medidas para evitar el contagio
La viruela símica es una enfermedad infecto-contagiosa que se transmite a través de contacto, goticas, aerosoles o contacto estrecho de la piel con lesiones que son características del paciente que sufre de la enfermedad, además por contacto estrecho de boca a piel, boca a boca, como el que se da en las relaciones sexuales.
El docente Estrada es enfático en recordar algunas recomendaciones para evitar el posible contagio:
· Usar el tapabocas en todo momento, en especial en espacios abiertos o cerrados con aglomeración de personas.
· Extremar el lavado de manos y evitar de alguna manera el contacto con personas que puedan tener este tipo de síntomas.
· Considerar en aislamiento aquella persona que presente síntomas como fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en su piel.
· Acudir al centro de salud más cercano para ser atendido por profesionales y realizar diagnóstico y tratamiento correcto.
Poblaciones en riesgo
El experto Estrada señala además que, en algunos países, hay población de riesgo donde el brote está afectando a mujeres y niños, pero de manera muy limitada. “Es importante recordar que el virus se puede transmitir por abrazo, beso o contacto como tal de la piel con la otra persona. Sin embargo, hay una población de alto riesgo en este momento identificada y son aquellas personas que se declaran homosexuales o bisexuales, así como hombres que tienen sexo con hombres, aunque no es necesariamente exclusiva de esta población ni una enfermedad asociada a esta condición o que sea de transmisión sexual, sino que por patrones o redes de contactos más extensas ha generado que el virus tenga una diseminación rápida y se haya expuesto de manera más alta que sobre otros grupos poblacionales”.
Y agrega: “Hay que anotar que la transmisión sexual como tal no está aún comprobada, por ahora se mantiene en estudio. No obstante, se entiende que durante las relaciones sexuales se tiene ese contacto estrecho, por lo que la OMS ha recomendado limitar el número de contactos sexuales y estar muy atentos a la presencia de la sintomatología diciente de la enfermedad, aislarse y consultar al servicio de salud”, resalta el académico.
¿Existe una vacuna?
Actualmente hay una vacuna, pero no es específica. De acuerdo con el epidemiólogo Estrada, “en su momento hubo otra infección también denominada viruela, la cual no estaba relacionada con la viruela símica, pero tiene síntomas muy similares, aunque es mucho más contagiosa. La vacuna que se desarrolló en su tiempo, se les entregó a todas las personas del mundo al punto que se llegó a la erradicación de la enfermedad”.
La vacuna actual puede otorgar una protección hasta del 75% contra la viruela símica, sin embargo, las personas vacunadas y que nacieron antes de la década de los años 80, recibieron este biológico, pero desde ese entonces, no se volvió a utilizar la vacuna ni a producir, debido a la enfermedad había entrado en el proceso de erradicación como tal.
“En este momento se están desarrollando y probando medicamentos ya existentes más específicos para esta viruela. Ahora se está trabajando para la producción de vacunas sumado a la declaración de alerta máxima de la OMS que lleva a acelerar todos estos procesos”, finaliza el académico Estrada.
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