Dificil de encontrar un colombiano que haya sido alcalde de 21 municipios, como lo fue el sargento viceprimero de la Policía Nacional, Celso Parra Camacho. En tiempos de violencia desatada el 9 de abril de 1948 tras el asesinato del dirigente político Jorge Eliecer Gaitán y que dejó más de 300 mil muertos, este policía boyacense comenzó a asumir responsabilidades públicas en momentos en que la desesperanza y el terror se apoderaron de Colombia.
Ingresó a la Policía Nacional, tras retirarse del Ejército Nacional y, desde entonces, y hasta los años 70, donde destituían un alcalde o había problemas de orden público, allí nombraban al sargento Celso, Fue alcalde de varios municipios boyecenses como: San José de Pare, Muzo, Almeida, Somondoco, Belén, Chinavita, La Uvita, Jenesano, Ramiriquí, Tibaná, Turmeque, Villa de Leyva, Monguí, Pauna, Pesca, La Capilla, Chiquinquirá, Chita y La Peña (Cundinamarca). Una de sus obras más memorables fue el empedrado de la plaza principal de Villa de Leyva, obra por la que fue nombrado mejor alcalde de Colombia.
Su extraordinaria historia la documentó en 2017 el Capítulo de Historia de la Escuela de Suboficiales y Nivel Ejecutivo, Gonzálo Jimenéz de Quesada y la inmortalizó en el libro: Reseña histórica del señor sargento viceprimero Celso Parra Camacho: un suboficial visionario y futurista. El secreto de su éxito como policía y burgomaestre radicaba en la facilidad que tenía para establecer contacto con la gente y su capacidad de liderazgo para ayudarles a resolver sus problemas cotidianos.
Encontró la formula en la construcción de parques, al considerar, de manera más que acertada, que en medio de la violencia, los ciudadanos necesitaban un punto de encuentro para fortalecerse como comunidad. También pavimentaba calles, construía plazas de mercado, escuelas y colegios y hasta diseñaba avenidas.
Su compromiso comunitario y espíritu de trabajo le permitieron hablar con el ejemplo mediante una rigurosa personalidad y adecuado manejo de la autoridad, que generaba confianza y credibilidad, con base en un servicio incondicional, reflejo de su sentido de pertenencia y vocación. Apaciguaba ánimos, perseguía criminales, mediaba en disputas y daba consejos.
Por todo lo anterior se hizo merecedor a las máximas condecoraciones: servicios distinguidos por primera y segunda vez, al igual que la medalla de los servicios, en las categorías 15 y 20 años y felicitación por parte del comando del departamento de Boyacá.
Hoy en el cumpleaños de la Policía, vale la pena recordar a quien ha sido uno de los mejores policías de la historia de Colombia.
Fuente, Libro Nuestras Historias – 50 crónicas de héroes anónimos
Leave a comment