Como consecuencia de las presiones y amenazas perpetradas por la guerrilla de las FARC, la familia López* se vio obligada a abandonar el municipio de Mapiripán, Meta y a desplazarse hacia Villavicencio para proteger sus vidas. Luego de 25 años sus integrantes podrán recuperar la finca y de la mano de la Unidad de Restitución de Tierras emprender un proyecto productivo.
En el año 1998 esta familia adquirió la parcela “El Progreso” de 58 hectáreas, ubicada en la vereda Caño Ovejas, a 5 minutos del casco urbano, donde tenían siembra de pasto brachiaria y criaban ganado. Su tragedia comenzó cuando la guerrilla quiso obligar al jefe de hogar a participar en reuniones y protestas que este grupo ilegal organizaba, también intentaron incorporar a los hijos a sus filas, frente a lo cual el señor López* siempre se negó. Como represalia las FARC le advirtieron que debían abandonar el pueblo o habría graves consecuencias.
Ante las amenazas, en 1995 los López* se las ingeniaron para huir, pues se escondieron en un camión que transportaba cerveza que los llevó inicialmente al municipio de Puerto Lleras, después viajaron a Acacías y finalmente se radicaron en Villavicencio donde viven en la actualidad.
La Unidad de Restitución de Tierras asumió la representación judicial de esta familia, logrando que la justicia los declarara víctimas de desplazamiento y abandono forzado de tierras y a su vez, ordenara la restitución jurídica y material del predio.
Wilson Leyton, director territorial de la Unidad en Meta, indicó que “en la sentencia, el juzgado ordena otros beneficios para esta familia, como subsidio de vivienda, condonación de deudas por concepto de impuestos, proyectos productivos y acompañamiento de las entidades del Estado”, puntualizó.
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