l presidente, Iván Duque, dijo que su gobierno busca cumplir todos los requisitos establecidos por la Corte Constitucional para usar la aspersión aérea de glifosato como una herramienta contra los cultivos de coca.
“Tenemos lugares del territorio donde han tratado de minar campos aledaños a los cultivos de coca para minimizar la posibilidad de que lleguen los grupos manuales de erradicación o donde hay francotiradores al servicio de carteles de la droga”, dijo Duque en una entrevista con la emisora colombiana Blu Radio. “Es en esos lugares donde nosotros tendremos que operar con la aspersión con precisión”, añadió.
El mandatario dijo que su gobierno usa diferentes herramientas contra el narcotráfico, entre ellas la erradicación manual, el desarrollo alternativo, la sustitución voluntaria, la formalización de tierras y los programas “Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos”.
Ahora el presidente busca “poder aplicar la aspersión con precisión, de conformidad con los lineamientos de la Corte Constitucional”, dijo Duque.
Para ello, el gobierno publicó el pasado 30 de diciembre un controversial proyecto de Decreto para reanudar la aspersión aérea de glifosato. El documento está disponible en la página del Ministerio de Justicia para que los ciudadanos hagan sus comentarios.
La técnica de aspersión aéreo de glifosato fue suspendida desde 2015 por resoluciones del Consejo Nacional de Estupefacientes y la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) hasta que se tuviera evidencia de que no representa ningún daño para la salud de los humanos o el medio ambiente.
Por su parte, la Corte Constitucional determinó que para realizar programa de aspersión de cultivos de coca con un producto tóxico se debe realizar una consulta previa cuando afecte a comunidades étnicas diferenciadas. Además, la decisión de usar glifosato debe estar sustentada por estudios científicos que permitan evidenciar que, al implementar la aspersión, no se vulnere los derechos a la salud y al ambiente sano de los ciudadanos.
El uso del glifosato en Colombia ha sido controversial tanto dentro como fuera del país. Ha generado hasta roces diplomáticos con Ecuador, por las fumigaciones en la frontera, así como innumerables quejas de campesinos, organizaciones ambientales y la sociedad civil quienes argumentan que el herbicida tiene efectos nocivos tanto para la salud humana como de la fauna, flora, entre otros.