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Los recuerdos de doña María: ver morir chamuscados animales por un incendio forestal en Maní

Lamenta que Bomberos y la Alcaldía fueron inoperantes y que atendieron la emergencia del 21 de marzo por pedazos

Los recuerdos de doña María: ver morir chamuscados animales por un incendio forestal en Maní

Los recuerdos de doña María: ver morir chamuscados animales por un incendio forestal en ManíLamenta que Bomberos y la Alcaldía fueron inoperantes y que atendieron la emergencia del 21 de marzo por pedazosVer nota completa en Los recuerdos de doña María: ver morir chamuscados animales por un incendio forestal en Maníhttps://goo.gl/2aBdJ4

Posted by laschivasdelllano.com on Tuesday, April 24, 2018

CLICK Escuche el dramático relato de doña María Ortega

 

“Hay un panorama triste, lamentable, en Las Gaviotas”, dice con voz entrecortada doña María Ortega, una de las finqueras que hace un mes vio cómo el fuego consumió árboles y animales y ella no pudo hacer nada por salvar el desastre.

Tampoco hicieron mayor cosa los bomberos de Maní que arribaron al sitio como visita de médico, según cuenta doña María: “No entiendo por qué no hicieron presencia cuando los llamaron. Los que vinieron pasaron para una parte llamada Bélgica, apagaron por allá un pedazo ¡y ya!. Y el resto… ¿Qué se queme!”

Ese 21 de marzo las llamas comenzaron  a jugar entre la maleza, en una de las fincas vecinas y corrió por todo el vecindario ‘como alma que lleva el diablo’, destruyendo  unas 3.500 hectáreas de bosques y sembrados en las veredas Brisas y Gaviotas de Maní.

El viento llegó hasta la casa de doña María  acompañado por una bola de fuego que correteó entre los árboles , amenazando con entrar a la vivienda.

Como pudo, doña María, agarró un balde y pegó el grito de alarma para que sus hijos le ayudaran con la motobomba a ahuyentar el fuego  para que éste no se tragara la casa.

“Sólo estábamos mis hijos y yo. Pero no pudimos favorecer un árbol estación que tengo”, recuerda doña María mientras mira la sabana negra desde la puerta de su casa  y la voz se le enreda en la nostalgia.  “Se me quemaron unos 150 árboles entre eucaliptos y acacios, se me quemó una morichera donde tenía unos 300 morichitos que quedaron incinerados y no se supo de dónde eran”.

Para su fortuna no se le quemaron las fuerzas para luchar contra el fuego. “Es doloroso ver cómo la mano del hombre es criminal. Es triste ver el panorama. No nos damos cuenta que nosotros mismos somos los destructores. Acabamos a machete y fuego los árboles que nos dan vida;  la naturaleza que Dios nos dejó”.

En las veredas todos se afectaron de alguna manera durante los 4 días de la quema. “Todos tenemos un caballo, o  una siembra y a todos algo de lo que teníamos se nos volvió cenizas”, se lamenta doña María al tiempo que señala unas fotos donde se ve el panorama chamuscado, el que horas antes de la tragedia albergaba venados, osos y otros animales.

“Yo encontré 4 venadillos pequeñiticos, quemaditos, como de 3 ó 4 días de naciditos, totalmente asaditos en la sabana. También encontré unos ositos, que no tuvieron la oportunidad de salvar sus vidas. La verdad me duele porque es como si fuera uno de mis hijos al que le hubiera pasado esto en un incendio”.

Lo que no comprende doña María es  porqué “los bomberos  apagaron por un lado y esa candela duró unos 4 días más ardiendo y nadie tomó cartas en el asunto. Nadie dijo caramba esto es una emergencia.  Es que no entienden que una emergencia no tiene horario, sea de día o de noche y tampoco importa si el vecino nos cae mal. No importa de quién es la finca. En un  momento de emergencia  no hay enemigos. Para mí no los hay”.

En Maní hay un Cuerpo de Bomberos y para doña María “se supone que son competentes para enfrentar  una emergencia como ésta,  pero uno no entiende por qué atendieron por pedazos, sin importarles  lo que se quemaba y si había niños  o ancianos…¿Terrible!”

Y aunque cree que con denunciar la inoperancia de las autoridades seguramente no va a pasar nada, su hija  Martha Isabel solicitó a la Personería de Maní la intervención para que investigue por estos hechos al Comité Local de Atención de Riesgos, a Bomberos, Alcaldía y otros,  “a ver si alguien responde por los daños causados. Se nos va trabajo, tiempo y dinero y nadie ha dicho nada”.

“A mí me disculparán estas lágrimas, pero duele, porque un animalito es indefenso”, habla suavemente doña María, despidiéndose con la voz ‘chamuscada’ por los recuerdos de ese día: “Encontré dos ositos palmeros que quedaron incinerados y da tristeza verlos  arrastrándose y sufrir hasta que mueran”.

CONTRATO C0099-2018

Solicitud a la Personería de Maní

 

 

 

 

Written by
Redacción Chivas

Periodista, Director de www.laschivasdelllano.com y www.laschivasdecolombia.com